¿Cuáles son las causas de desalojo permitidas por ley y cómo defenderse?
Muchos inquilinos reciben avisos de desalojo sin saber si el motivo es válido. Entender cuáles son las causas de desalojo permitidas por ley puede ayudarte a proteger tus derechos y evitar abusos por parte del propietario.
Falta de pago de renta: la causa más común
Si no pagas la renta en la fecha acordada, el arrendador puede iniciar el proceso legal. Sin embargo, en muchos estados se requiere un aviso previo por escrito y un plazo para ponerse al corriente. Si pagas antes de ese plazo, el desalojo podría detenerse.
Violaciones al contrato de arrendamiento
Incumplir las reglas establecidas en el contrato —como tener mascotas prohibidas, subarrendar sin permiso o causar disturbios— es una de las causas de desalojo permitidas por ley. Pero el propietario debe demostrar la falta con pruebas claras y ofrecerte la oportunidad de corregir el problema.
Daños a la propiedad
Destruir intencionalmente el inmueble o realizar modificaciones sin autorización también puede justificar un desalojo. Aun así, existen límites y el dueño debe seguir el proceso legal, no solo cambiar cerraduras o cortar servicios.
Uso ilegal del inmueble
Utilizar la vivienda para actividades ilegales, como venta de drogas o fraude, permite al propietario actuar con mayor rapidez. Este tipo de situaciones puede incluso involucrar a las autoridades locales.
El propietario necesita la vivienda
En algunas jurisdicciones, el dueño puede desalojar si necesita la vivienda para él o su familia. Aun así, hay reglas estrictas, como notificar con meses de anticipación y ofrecer compensación en ciertos casos.
¿Y si el desalojo no es legal?
Si no hay una de las causas de desalojo permitidas por ley, puedes presentar una defensa. Por ejemplo: represalias por quejas, discriminación o falta de mantenimiento. Nunca firmes nada sin entender tus derechos.
Conoce tus derechos antes de empacar
Ser informado es tu mejor defensa. Las causas de desalojo permitidas por ley existen, pero también tus derechos como inquilino. No te dejes intimidar: asesórate, guarda documentos y actúa con seguridad.